
Estudiantes dio anoche el paso que le faltaba en su misión para llegar a las semifinales, pero antes debió correr y transpirar mucho hasta el instante final. Es que de movida la visita salió a jugar con una intensidad y concentración muy diferentes a las exhibidas el sábado, que fue una derrota hiriente de 121 a 80. Las penetraciones de Franco Marinsalta fueron un problema sin solución. El Bata no pudo defender y correr y se trabó en sus ofensivas estacionadas, por eso la visita sacó la máxima (20 a 8). Las apariciones de Ignacio Catanzaro y el buen ingreso de Alejandro Arca disimularon los problemas del equipo para terminar dibujando una derrota parcial de sólo 6 puntos (24 a 18). Pero a partir de los segundos diez minutos el gallo albinegro empezó a torcer el rumbo del juego y pasó al frente en el marcador promediando el cuarto (31 a 28) luego de 5 puntos seguidos que anotó Catanzaro.
Sin embargo, cuando Marinsalta se cargó de faltas apareció Martín Fabi, que fabricó faltas a lo largo de toda la noche y estuvo muy acertado desde la línea del personal.Una vez que el partido se equilibró, fue muy emotivo hasta el cierre. Jugado como una verdadera final, con dientes apretados y disputando cada bola como la última. Liniers defendió muy bien la zona interior regalando el perímetro y Estudiantes no anduvo fino desde larga distancia.En el comienzo del cuarto final Gonzalo Badano clavó dos triples seguidos que abrieron el juego.
La quinta falta de Franco Marinsalta (muy dudosa, por cierto) dejó a Martín Fabi con toda la responsabilidad en la ofensiva del Chivo. Entre él y Fernando Larrañaga acapararon todos los ataques, lo que le simplificó al Bata la defensa en los momentos finales ante dos jugadores que llegaron exhaustos.Con un equipo más largo el local encontró el aire suficiente tras un robo y doble de Catanzaro (67 a 60) y Christian Nalpatian, que había estado errático toda la noche, clavó un bombazo que selló la suerte de los bahienses. A falta de 1' 30", tras un doble de "Chichí" González, el Bata sacó la máxima (72 a 61).
Liniers bajó la guardia y se resignó a la realidad, pero reaccionó feo cuando Irineo Galli pidió tiempo muerto a falta de 6 segundos con el juego definido, lo que fue tomado como una provocación y por eso al finalizar el partido todos los cañones le apuntaron al DT albinegro.Por suerte, la rápida intervención de la seguridad evitó que la cosa pasara a mayores. Es que contra Liniers hay una pica bastante grande que viene del Provincial pasado y los bataraces tenían muchas ganas de consumar la vendetta.
FUENTE: DIario Popular de Olavarria
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