jueves, 16 de diciembre de 2010

Liniers y las claves para tomarse revancha y volver a estar en lo más alto

Prácticamente un año antes, Villa Mitre dominaba a un Liniers irresoluto, sin ideas y golpeado constantemente por la potencia de un tricolor muy superior en su juego y el claro 3-0 de la final del 2009. Un año después, el chivo tuvo su respuesta, cambiando casi todo lo malo hecho en esa final y cantando campeón con solvencia y autoridad ¿Qué cosas cambiaron tanto para que Liniers gane el Torneo de Primera 2010?

Hubo varios factores. El hambre de ganar, de llegar a instancias finales, es algo que tiene por naturaleza Liniers, y por eso quiso mantener la base del subcampeonato y agregarse un jugador que pudiera hacer la diferencia por momentos, como lo fue la llegada de Mariano Pizzo. El ex Estudiantes y Bahiense, demostró su gran nivel, su poli funcionalidad para jugar, defender y atacar que lo convirtieron en uno de los mejores del torneo. Sin bien tuvo una lesión que lo sacó de medio campeonato, regresó para los playoffs y fue pieza vital para defender a Pineda y adueñarse de los tableros. El creamiento de Merlo. El otro pivot de Liniers alternó buenas y malas, pero siempre se encargó de ser el centro dominante a pesar del cambio de entrenador. Su fortaleza física, su potencia taponera, y su gol por momentos, también le dieron al chivo seguridad para llegar bien alto.

El perímetro cumplió con creces. ¿El mejor jugador del Torneo? Al menos de las finales sí. Martín Allende tuvo sed de revancha, mostró mayor serenidad, inteligencia, y su capacidad goleadora para aplastar al tricolor. “Bachi” fue fundamental ante 9 de Julio y frente a Villa Mitre daño seguido en el poste, y anotando de forma arrolladora (Promedió 21.0 ppp). El base-escolta sigue siendo un jugador “gana – campeonatos”, ya que sumó su sexta corona con Liniers (1998, 1999, 2002 y 2010 en Primera, 2001 y 2007 ascenso), mientras que salio campeón con Olimpo (2005) y con El Nacional (2006). Martín Fabi fue el ladero de lujo del chivo. El escolta apareció en momentos claves, tal vez por momentos errático, pero aporto recuperos y gran defensa además de sumar unidades que le dieron el titulo al Liniers (20.0 ppp en la final). El regreso del legendario Alesoski. Cuando menos se los esperaba, el “5” eterno se calzó la casaca albinegra y aportó sus triples, su defensa y fuerza para ayudar a salir campeón. Es otro de los amuletos del chivo, ya que obtuvo su séptimo lauro con Liniers (1994, 1998,1999, 2002 y 2010 en Primera más los dos ascenso en 2001 y 2007). Marinsalta fue otra pieza que encajo perfecto. El base dio dinámica, mucha defensa, agresividad atrás y más gol de lo esperado. Se entendió muy bien con los experimentados, y salvó esa mancha de las finales (expulsado en el tercer juego) fue esencial en la primera línea.

El cambio de DT. Con Pisani la campaña fue positiva, aunque increíblemente perdió el primer torneo cuando estaba todo dado para ganarlo. La llegada de un experimentado y conocedor del club como Marcelo Allende fue otro punto saliente. El entrenador, fiel a su estilo, inspiró a Liniers en lo defensivo, adelante potenció a su sobrino “Bachi” y a Fabi, mientras que el dio la confianza a Rodríguez para aparecer en la final. Fue el que convenció a Alesoski para volver y no se equivocó. Demostró ser un técnico muy ganador y sabiendo de los playoffs (Liniers terminó con marca de 9-2) y no cayó como local (6-0). Venia de ascender con San Lorenzo y ahora lo hizo en Primera. Podrán no coincidir con su filosofía, no lo querrán por algunas actitudes, pero es un técnico con sangre ganadora que lo ratifica cada temporada.

Villa Mitre aportó en las finales para ceder su trono. El Bicampeón dejó la corona por demasiadas irregularidades que lo invadieron constantemente. La localia sufrió por momentos, el plantel se acortó con algunas lesiones y suspensiones, y el perimetro tuvo demasiadas intermitencias y no fue el mismo del 2009. Oyhamburo aportó por chispazos, y el tricolor lo sintió cuando su base goleador no tuvo buenas noches. El banco aportó menos de lo esperado, donde Themthan no tuvo confianza ni Martínez tantos minutos. La defensa cedió en muchos momentos, y cuando atrás intentó ser sólido, la ofensiva decayó por sus perdidas o malo lanzamientos. Vale destacar la permanencia del tricolor, que metió su tercera final consecutiva en primera, y todas con ventaja de localia. Aunque eso no alcanzó, y un Liniers con hambre se gloria se lo arrebató de las manos.

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