Como había ocurrido en la fase regular, la defensa zonal de Boca fue el termómetro del partido. El duelo estuvo signado por cómo aguantó ese arriesgadísimo dispositivo, sobre todo en esta cancha, el poder de gol que Peñarol posee en el perímetro. Salieron bastante bien los planes de Pablo D?Angelo en el primer cuarto. Como en el play-offs frente a Lanús, el conjunto local se sintió incómodo contra defensa zonal. No pudo correr, tampoco acercarse demasiado al canasto rival para tomar buenos lanzamientos. Y su efectividad desde el arco de los 6,25 metros no fue precisamente una maravilla: apenas dos aciertos de tres puntos (ambos de Gutiérrez) sobre seis intentos. De todos modos, pese a las dificultades, siempre fue al frente gracias a su búsqueda paciente de buenos lanzamientos. Pero no pudo desarrollar el juego que más le gusta. Y Boca lo complicó porque, más allá de tener clausuradas las vías interiores, pudo correr en un par de ocasiones y tuvo a Cedric Moodie incontenible, en un nivel fantástico.
El estadounidense ex Peñarol marcó 13 puntos en el primer parcial y fue el responsable de la paridad de ese comienzo. Ese equilibrio duró un par de minutos más del segundo parcial. Y después Peñarol lo caminó por encima a Boca. En primer lugar, el equipo local pudo limitar a Moodie a sólo cuatro puntos en el cuarto. Pero lo más importante fue que, gracias a la paciencia apuntada antes, los buenos tiros tomados desde el perímetro comenzaron a entrar con frecuencia. No sólo los de Gutiérrez, enseguida se plegó Lamonte y más tarde el resto. Boca, plantado en esa defensa zonal, encajó un parcial de 12-0 en contra (con nueve puntos en fila de Lamonte) en poco más de un par de minutos y para la mitad del segundo parcial el cotejo ya estaba definitivamente abierto.
El equipo capitalino dejó un ratito la zona, pero después la retomó. Peñarol se la siguió peloteando desde lejos. Metió ocho de once intentos de tres puntos en el cuarto y liquidó la historia con uno en el instante final de Gutiérrez, luego de un golpe involuntario de Lamonte a Ingles que le abrió el camino y que merecía una detención de juego. Las protestas visitantes terminaron en una falta técnica al banco y el complemento empezó con dos tiros libres exitosos de Tato Rodríguez para elevar la ventaja a 54-37. Ahí se cerró la historia. Pero no el espectáculo. Peñarol no estuvo lo consistente atrás de otras noches y Moodie volvió a brillar en el nivel del primer cuarto. Sin embargo, el equipo marplatense mantuvo e incrementó la ventaja con sus fabulosos porcentajes de tiros de tres puntos contra la zona. Ya en una competencia de puntería, anotó 6 de 8 triples en el tercer parcial y no le dejó a Boca ni la más mínima esperanza. El cuarto final empezó parecido y la diferencia llegó a ser de veinticuatro puntos (92-68). Boca, de todos modos, aprovechó un pasaje local flaco en ataque y recuperó diez puntos de la desventaja con una ráfaga interesante de Woodward. Pero, a falta de dos minutos, Hernández mandó otra vez a la cancha a Gutiérrez y Lamonte, que descansaron bastante, y le bajó la persiana a la primera semifinal.
Peñarol (100): S.Rodríguez 11, K.Lamonte 27, M .Mata 5, L .Gutiérrez 31 y M.Leiva 8 (FI); F.Campazzo 5, S.Vega 5, A .Diez 5, A .Reinick 0 y R.Legaria 3. DT: Sergio Hernández.
Boca (83): N.Aguirre 11, C .Moodie 30, B.Woodward 20, F .Martina 7 y G.Míkulas 4 (FI); M.Fierro 6, N.Ingles 0, D.Patten 2 y M.Müller 3. DT: Pablo D'Angelo.
Cancha: estadio Polideportivo Panamericano.
Arbitros: Daniel Rodrigo, Roberto Smith y Fabricio Vito.
Parciales: 21-21, 52-37 y 84-68
FUENTE. Diario La Capital de Mar del Plata
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